
En 2010, la Corte Constitucional de Colombia emitió fallos clave en tres ejes: límites a la reforma constitucional, como la Sentencia C-141/10 que anuló el referendo para una segunda reelección presidencial, desarrollando la doctrina de “sustitución de la Constitución” para proteger principios esenciales como separación de poderes, alternancia e igualdad; derechos de las mujeres, con decisiones que ordenaron atención en salud con enfoque psicosocial a desplazadas víctimas del conflicto (T-045/10), reconocieron la prostitución como actividad lícita bajo condiciones otorgando ciertas garantías laborales (T-629/10) y reforzaron el derecho fundamental a la Interrupción Voluntaria del Embarazo en sus causales, incluyendo salud mental, eliminando barreras como objeciones de conciencia institucionales (T-585/10); y debates comunes con España, avalando la prohibición de venta de cigarrillos por unidad, reafirmando el carácter obligatorio de sentencias internacionales y regulando conflictos entre libertad de expresión e intimidad en redes sociales. Estas decisiones consolidaron el papel de la Corte como garante de la democracia, la igualdad y los derechos fundamentales.