
Este documento examina la independencia de la Corte Constitucional de Colombia y el papel fundamental que desempeña la acción pública de inconstitucionalidad como mecanismo ciudadano para el control del poder legislativo. La acción pública, que permite a cualquier persona impugnar normas por considerarlas contrarias a la Constitución, ha sido clave en la construcción de una democracia participativa y en la defensa del orden constitucional. La Corte ha logrado mantener una posición autónoma frente a los demás poderes del Estado gracias a su legitimidad institucional y al respaldo social que genera este instrumento de participación. Sin embargo, se advierten amenazas crecientes a su independencia, como presiones políticas, intentos de reforma y discursos que buscan debilitar su capacidad de decisión. El documento concluye que proteger tanto la Corte como la acción pública es esencial para garantizar el equilibrio de poderes, la defensa de los derechos fundamentales y la vigencia de un Estado constitucional robusto en Colombia.